jueves, 20 de noviembre de 2008

La microdermoabrasión con cristales de óxido de aluminio

La microdermoabrasión con cristales de óxido de aluminio

La microdermoabrasión representa una de los sistemas físicos de peeling más empleados en la actualidad, probablemente debido al gran impulso que adquirió en los EEUU en los últimos años. Esta tendencia trajo aparejada la comercialización masiva de equipos de microdermoabrasión tanto en Europa como en Latinoamérica, adquiriendo entonces esta modalidad de tratamiento gran popularidad.


Mecanismo de acción
El peeling otorgado por la microdermoabrasión se debe al impacto de microcristales de óxido de aluminio sobre la superficie cutánea. Este fenómeno puede ser realizado a través de una presión positiva o negativa. Actualmente, los microdermoabrasores a presión positiva han entrado en desuso, razón por la cual enfocaremos el presente artículo al sistema que actúa a partir de la generación de una presión negativa o vacum.
De hecho, es esta succión o efecto de vacío el primer factor en actuar al producir una descompresión y movilización de los distintos planos de la piel, lo que nos garantiza además una estimulación fibroblástica a nivel de la zona a tratar. Esta succión es generada por el cuerpo central del equipo y transmitida hacia la boquilla de tratamiento por un sistema de mangueras. Su finalidad es doble: provocar la expulsión de los cristales y succionar aquellos ya utilizados, a los fines de su recolección y posterior eliminación. Estos procesos de expulsión y recolección se llevan a cabo a través de dos mangueras distintas.
El paso siguiente a la succión cutánea está representado por la erosión de la piel debido al impacto de los microcristales específicos.
Es posible, entonces, establecer dos tiempos bien diferenciados en esta terapia, a saber:

1. Dermomovilización: Está representada por una movilización del contenido del tejido producida tanto por la presión negativa o succión propia de la terapia como por el deslizamiento de la boquilla de tratamiento, y se exterioriza a través de un pliegue del tejido tratado. Posee una acción de descompresión extremadamente beneficiosa que favorece la normalización o el incremento de la microcirculación subcutánea, produciendo además una estimulación de la actividad fibroblástica (lo que provoca la regularización de la estructura dérmica) y un marcado aumento en los niveles de elementos nutritivos y de oxígeno disponible, cuantificando de este modo la tasa metabólica local.

2. Dermoabrasión: Consiste en la erosión del tejido a tratar (epidérmico o dermo-epidérmico, según el objetivo del tratamiento) por medio del impacto de los microcristales a velocidad y caudal de flujo variables. Dichas variaciones se hallan en relación directa con el nivel de presión negativa o vacum, el cual será seleccionado por el terapeuta de acuerdo a las características de la piel o la afección a tratar.


Técnica de aplicación

Como medida previa resulta fundamental realizar una correcta higiene de la zona a tratar. De este modo evitaremos que partículas de un tamaño significativo ingresen a las mangueras del equipo, hecho que podría obstruirlas. Por otra parte, es necesario aclarar que la microdermoabrasión deberá efectuarse sobre la piel seca, por lo que se retirará todo excedente del producto empleado durante la higiene.


a) Peeling superficial

Este procedimiento está indicado en pieles fotoenvejecidas o hiperseborreicas, secuelas del acné, discromías superficiales, pequeñas estrías, surcos expresivos, etc. En estos casos se realiza un dermopulido sobre la zona de tratamiento.
La boquilla se deslizará una determinada cantidad de veces sobre la superficie tratada, hasta alcanzar en dicha zona una coloración rosada intensa. Es importante no insistir en la técnica una vez que la piel ha adquirido dicha coloración, ya que este hecho es una señal de la proximidad dérmica.
Una vez finalizado el tratamiento, resulta útil aplicar una loción descongestiva, a los fines de hidratar y descongestionar la piel.


b) Peeling profundo

Este tratamiento es de exclusividad médica. Como consecuencia de este procedimiento se obtiene un sangrado, el cual puede ser leve o intenso e indica al profesional la presencia de la dermis vascular. Está indicado en cicatrices y estrías profundas, secuelas de acné, varicela o herpes, etc.
El procedimiento consiste en una abrasión intensa en los bordes de la cicatriz o estría a tratar, llegando incluso a provocar un sangrado intenso (llamado sangrado "en napa") en dicha zona. La abrasión de los bordes de la cicatriz contribuirá a la disminución de la superficie total de la misma, ajustándose al relleno epidermo-dérmico provocado por la renovación cutánea profunda. El fondo de la cicatriz, por su parte, es abrasado completamente hasta la obtención de un sangrado puntiforme. En esta zona es muy importante manejarse con sumo cuidado, ya que el tejido está constituido por una fina capa de epitelio.
Los cuidados post-tratamiento consisten en disminuir el supurado a los fines de evitar la aparición de un coágulo que llevaría a la formación de costras, las que dificultarían notablemente el proceso cicatrizal al limitar el crecimiento de tejido desde la profundidad. La zona tratada no debe exponerse a ningún tipo de radiaciones, a los fines de evitar la aparición de futuras discromías.
El intervalo entre las sesiones dependerá del tiempo de cicatrización, pudiendo variar entre dos semanas y 25 días.


Indicaciones principales

- Cicatrices post-traumáticas y post-quirúrgicas.
- Secuelas de acné, herpes o varicela.
- Cicatrices queloides o hipertróficas.
- Fotoenvejecimiento.
- Cicatrices de infecciones virales.
- Estrías.
- Eliminación o atenuación de tatuajes.
- Discromías superficiales y profundas.
- Cicatrices post - electrocoagulación.
- Arrugas y surcos de la expresión.
- Hiperseborrea.
- Hiperqueratosis.


Precauciones y contraindicaciones

Precauciones

• Pacientes diabéticos o hemofílicos.
• Época estival (tener en cuenta que el tto. es progresivo y no permite la exposición al sol sin la utilización de pantallas).

Contraindicaciones

• Procesos acneicos activos.
• Superficies cutáneas que presentan infección.
• Zonas con micosis.
• Eritema cutáneo por previa exposición al sol.
• Utilización previa de peeling químico de acción profunda.

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