Not only chamuyo': guía práctica para conquistar a las extranjeras
Buenos Aires se transformó en los últimos años en una opción muy frecuentada por turistas de todo el mundo.
Una guía te da consejos sobre qué hacer y qué no hacer a la hora de arrimar el bochín con una chica extranjera.
La clave es no parecer Tarzán de tanto gesticular, ni tampoco improvisar el idioma de la chica en cuestión. Algunos consejos para no quedar mal y adaptar en chamuyo argentino a cualquier terreno.
No repetir constantemente “che” y “boludo”, los dos argentinismos más conocidos, puede ayudar mucho a no parecer un turista perdido en una cultura diferente, sino un hombre que está de vacaciones en otro país. Otro tip es no gesticular como mono frente a la señorita en cuestión, porque se corre el riesgo de pegarle, algo rara vez seductor.
“Las españolas son las más gauchitas”, describe Mike Tabaschek, de la escuela de seducción LevanArt, consultado por la revista. “Las rusas, checas y polacas se dejan seducir por un par de tragos”, prosiguió, y llegó a describir todo el abanico de posibilidades, diciendo que las mujeres caribeñas estarían dentro del espectro del macho argentino si se juega con la postura de los “europeos de América”.
“Solamente con un chamuyo a las alemanas no las levantás”, sentencia lapidario Tabaschek. Las italianas, por su parte, “no toman mucho alcohol, por lo cual no se desinhiben fácilmente. Son de las más conservadoras”, afirma Tabaschek. El instructor de seducción aconseja: “a la francesa dale por el lado de la poesía y la aventura”, porque sino s un “adieu”.
Con las mujeres que hablan un idioma más conocido (o sea, que no hablan lituano, sino inglés), como las angloparlantes, las italianas o incluso las brasileras, hay que tener en cuenta que no por terminar todas las palabras en “iño” se está hablando en portugués, ni por terminar en “ing” se está hablando en inglés. A veces sólo se está quedando en ridículo.
Sirve saber algunos términos de cada idioma, pero es más efectivo hacerse entender por medio de miradas, gestos, o eventualmente un traductor. Aunque el contratiempo de tener un traductor de por medio es que puede ser más pirata que el hombre tratando de conquistar y llevarse a la chica, en la cara del otro.
No todo chamuyo es tan fácil. Si lo fuera, la seducción no sería un arte. Por suerte, si las cosas son tal cual dice Tabaschek, siempre quedan las rusas y españolas.
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