jueves, 9 de abril de 2009

Hablar de sexo en el trabajo deprime Los empleados pueden llegar a faltar e incluso deprimirse por culpa de este tipo de charlas


Hablar de sexo en el trabajo deprime
Los empleados pueden llegar a faltar e incluso deprimirse por culpa de este tipo de charlas.


Investigadores determinaron a que hablar de sexo durante la jornada trabajar es deprimente. Los autores de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto en Canadá y también de la canadiense Sauder School of Management de la Universidad de British Columbia buscaban el efecto del comportamiento sexual en el trabajo y la conclusión principal es que llevar el sexo al mismo tira la moral de los empleados al piso, al punto de deprimirlos y, por ese motivo llegan a faltar y se sienten menos valorados. Y estos síntomas, además, se pueden dar en aquellas personas que se divierten y ríen con las bromas de tipo sexual.

En el estudio se tuvieron en cuenta tanto las bromas de contenido sexual, las insinuaciones entre compañeros de trabajo, las discusiones que pudiesen mantenerse sobre problemas sexuales o incluso el flirteo entre empleados.



Los investigadores descubrieron que sólo un 25% de los trabajadores que se exponen a este tipo de conductas las encuentra divertidas, mientras que la mitad se muestra más bien aséptico ante ellas.

De hecho, el estudio destaca que incluso aquellos trabajadores que disfrutan de un buen chiste 'verde' o de los flirteos con otros empleados muestran síntomas negativos.



Así presentan más tendencia a faltar a su puesto de trabajo, se sienten menos valorados e incluso presentan síntomas de depresión más frecuentemente que otros empleados a los que las bromas picantes les dejan indiferentes.



Los resultados, que sirven para hombres y mujeres y que fueron publicados en el Journal of Applied Psychology, son, a juicio de uno de los coautores del estudio, la profesora Jennifer Berdahl, un "sabio consejo" tanto para los jefes como para los empleados: el sexo, y todo lo relacionado con ello, mejor dejarlo al margen del trabajo. Así que ni chistes verdes, ni flirteos, ni insinuaciones y, ni mucho menos, discusiones sobre problemas sexuales.

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